Las aguas en el Real Madrid todavía continúan bastante agitadas. La derrota en El Clásico todavía tiene su eco en los pasillos del Santiago Bernabéu. Con esta situación de tensión y calma chicha, el club ha decidido mantenerse al margen de una situación que se lleva produciendo durante más de dos años.
Gareth Bale sigue siendo jugador del Real Madrid a día de hoy, aunque su nombre apenas sea comentado cuando los aspectos tácticos del Real Madrid se comentan en las previas de los partidos que disputa el equipo entrenado por Carlo Ancelotti. Solo cuando la situación es acuciante y las bajas provocan huecos sensibles en el once titular del equipo, el nombre de Bale salta a la palestra. Aunque el técnico italiano realizó durante los primeros partidos esfuerzos indecibles para poder recuperar al galés e incorporarlo al ritmo competitivo del resto de la plantilla concendiéndole la titularidad en el primer partido de LaLiga de la presente temporada, sus esfuerzos fueron en vano.
El autoexilio de un mito
El ostracismo al que Bale parece haberse autocondenado no le ayuda en su posible recuperación de cara al tramo final de la temporada, cuando los esfuerzos empiezan a pasar factura en el aspecto físico y las lesiones musculares comienzan a ser más habituales, eliminando a jugadores clave del once de gala para enfrentarse a los grandes rivales de Europa. Su actitud irrespetuosa y reprochable respecto de sus compañeros, sumando continuos desplantes y comportamientos poco profesionales tanto dentro como fuera del campo han terminado por provocar la rendición del Real Madrid en este aspecto.
Con la tormenta generada por la derrota en El Clásico y la inestabilidad en la parroquia madridista, el club ha decidido no tomar ninguna medida más contra el galés en los tres meses de contrato que le quedan, momento en el que podrá abandonar el Real Madrid. Sabiendo que desde Concha Espina no se le ha ofrecido ninguna renovación, Bale parece mantenerse en su actitud habitual. Ausente, sin apenas contar para Ancelotti y poco implicado con el ritmo competitivo a pesar de mantener unas cualidades físicas inmejorables: el galés es siempre uno de los mejores en las pruebas físicas de alto rendimiento que se les realiza periódicamente a los jugadores.
Manteniendo la dinámica de los últimos tiempos con respecto del 'caso Bale', el Real Madrid evita abrir más frentes que compliquen su situación de cara al público, en un proceso de reconstrucción mediático y anímico que podría tener su punto culminante en el partido contra el Celta en el estadio de Balaídos el sábado 2 de abril. Para dicho encuentro no se espera que Ancelotti cuente con el galés, a pesar de los esfurezos del técnico transalpino y su aparente intención de hacer jugar a todo el plantel del que dispone esta temporada que manifestó cuando comenzó a planificar la campaña 2021-2022.
Cerca del final
Al término del contrato del galés, se abren múltiples opciones y destinos donde este podría recalar. Uno de ellos es el Tottenham, equipo de la Premier League donde se hizo notar a ojos del fútbol mundial y donde jugó cedido la temporada anterior. Sin embargo, esta vuelta a casa no parece ser fiable, puesto que desde el club inglés no han mostrado interés alguno en recuperar una de sus figuras modernas más míticas. La otra salida, la más probable, sería la retirada definitiva de los terrenos de juego. En caso de confirmarse, se pondría fin de una mala manera a la carrera de un jugador que hizo historia en el máximo nivel pero que no supo mantener una constancia como para convertirse en leyenda.