Era el verano del 2019 cuando Eden Hazard llegó al Santiago Bernabéu. El belga recalaba en Chamartín siendo uno de los cinco mejores jugadores del mundo. Su verticalidad, desequilibrio y electricidad a la hora de desbordar era toda una maravilla en Stanford Bridge.
El madridismo estaba ilusionado. Su presentación llegó a juntar a 60.000 espectadores en Concha Espina. Sin embargo, cuatro años después se puede asegurar sin problema alguno que ha sido una de las peores operaciones del Real Madrid de la historia.
Sus datos son paupérrimos, fruto de un futbolista que no está a la altura de llevar la elástica madridista. Asimismo, las continuas lesiones lo han mermado y nunca ha tenido la regularidad de la que debe disfrutar un futbolista.
Lo cierto es que la parroquia merengue está cansada de él, pero para sus malas noticias, el club no forzará su salida.
El Madrid "tira la toalla"
El Real Madrid tiene asumido que pase lo que pase tendrán que pagarle su sueldo. El "7" madridista aseguró hace unos días que quería seguir en el Madrid y que confiaba en jugar durante la próxima campaña. Además, aseveró que la relación con Carlo Ancelotti es cordial, pero prácticamente no se hablan.
De este modo, el jugador esperará que el entrenador italiano abandone el club blanco al final de este curso. De no ser así, lo más seguro es que le espere otro año muy similar a este.
Pase lo que pase, en la T4 de Chamartín ya saben que van a tener que pagarle lo que le queda de contrato. Sin lugar a duda, Hazard ha sido una profunda decepción que ya no tiene solución alguna. Han perdido todas las esperanzas.