El Barçagate o ‘caso Negreira’ sigue avanzando y, cada día que pasa, se dan a conocer nuevos asuntos que enturbian aún más el caso. Está claro que este caso no puede tener un final feliz para el FC Barcelona, al menos como institución, ya que su marca ya se ha visto seriamente dañada por la acusación del pago a los árbitros.
Son muchas las personalidades que han querido sumarse a hacer su particular valoración del asunto. La gran mayoría, como es lógico, han criticado los pagos y piden a la justicia que llegue hasta el fondo del asunto. Esta es la postura de José Manuel Franco, presidente del CSD; Luis Rubiales, presidente de la RFEF; Javier Tebas, presidente de LaLiga, y la mayoría de los clubes de España.
Como también cabía esperar, el FC Barcelona, mediante su actual presidente Joan Laporta, se defiende a capa y espada de todas las acusaciones que se vierten sobre el club. El presidente azulgrana ha optado por asumir el papel de ‘víctima’ y ha decidido atacar a todo aquel que critica al club.
En todo este entramado solo faltaba un actor más: los independentistas catalanes. En los últimos días ya se ha escuchado a Carles Puigdemont o Pilar Rahola, entre otros, asegurar que, como no podía ser de otra manera, la culpa la tiene España que persigue sin ningún pudor a los catalanes. Discurso más que lamentable.
El último en entrar en juego ha sido Gonzalo Boye, abogado de Carles Puigdemont. Ha escrito un artículo de opinión en el medio independentista elnacional.cat en el que asegura que se está criminalizando al FC Barcelona antes de tiempo, y todo por culpa de los medios de comunicación y de las instituciones españolas.
El abogado de Puigdemont hace suyo también el discurso de que todo está organizado y pactado desde Madrid para atacar al Barça y al independentismo catalán.
Resulta curioso como en cuanto han empezado a aparecer ‘trapos sucios’ en el Barçagate, las administraciones se han afanado a intentar blanquear la imagen, adoptando un papel de víctimas en el caso y culpando a ‘Papa Estado’, como no podía ser de otra manera. Lo que no saben es que con esta actitud se retratan a sí mismos, una vez más.