De estafadora a estafada: La fortuna 'desaparecida' de Encarna Sánchez

Los testamentos y los testaferros de Encarna Sánchez, al descubierto... ¿Qué pasó con su fortuna de más de 1.000 millones de pesetas?

07 de Abril de 2019
De estafadora a estafada: La fortuna 'desaparecida' de Encarna Sánchez
De estafadora a estafada: La fortuna 'desaparecida' de Encarna Sánchez

Éste podría ser sin duda alguna uno de los capítulos más sorprendentes e intrincados en la biografía de Encarna Sánchez. Uno destaca de los demás y me refiero al testamento, existía base legal para ser impugnado, pero nadie movió ficha. Ni familiares, ni amistades e incluso aquellos que eran conocedores de las últimas voluntades de la locutora como podrían ser sus empleados, pero ellos sabrán los motivos por los que no actuaron.

Se ha comentado mucho el propósito por el que Encarna Sánchez realizó dicho testamento y yo personalmente hablé con dos de los testigos presenciales que estuvieron en el notario en la fecha que se firmó dicho testamento, me refiero a José Luís Ramírez de Arceo y Leo Alza Laguna, amigos y vecinos de la locutora en Mirasierra. Ambos coinciden en que la propia Encarna manifiesta en todo momento que debido a asuntos profesionales debe abandonar España con rumbo a México y “quiero dejar bien atado el asunto del cuidado de mi madre”. Y era el principal motivo por el que legó en Juana María del Pilar Cebrián Morenilla.

Estas conversaciones tanto con José Luis como con Leo se produjeron mucho años más tarde de la firma del testamento, sería aproximadamente hace 10 años y en esa conversación se reía Leo porque aún recordaba que al salir del notario le decían a Clara Suñer: “Sustituta vulgar de dicha instituida”. Además me aclaró que Encarna no le dio mucha importancia ya que, al regresar de México, lo primero que hizo fue vender la casa. Pero si hacemos una minuciosa lectura de la copia simple del testamento abierto otorgado por Dña Encarnación Sánchez Giménez ante Don José Luís de la Viña Magdaleno Notario de Madrid, observamos lo siguiente:









Este borrador que son las cláusulas del Testamento de Encarna Sánchez llega a mi poder procedente bien del domicilio particular de la locutora o de su despacho de la COPE, por lo que quiero entender que ella tenía presente dicho testamento o sencillamente no consultó con su letrada, Graciela Otondo.

Sin tener conocimiento de leyes y una vez leído el mencionado testamento que en exclusiva donDiario.com ha ofrecido a sus lectores llego a la conclusión de que en él no consta el objetivo de testar para una causa concreta, en el caso que tanto se ha hablado que se realizó para que Pilar Cebrián estuviera al cuidado de su madre; y que con la posterior venta de la casa objeto del legado por la locutora a su regreso de México, entiendo que al no haber ningún otro testamento éste tiene validez legal. 

Muchos saben que cuando fallece una persona, sus bienes y sus deudas pasan a los herederos que señale su último testamento. Pero para ello es necesario hacer una serie de trámites con el fin de saber quiénes son los herederos reales del finado. ¿Quiénes realizaron estas gestiones para saber el contenido o la existencia del testamento de Encarna Sánchez?

Primero fue necesario el certificado de defunción que este diario ya ha publicado en anterior capítulo, precisamente uno de los documentos que me fueron enviados desde el domicilio de Encarna por alguien muy allegado a ella, junto a otros muchos más documentos. El segundo documento necesario es el certificado del Registro de Actos de Últimas Voluntades, para comprobar si el fallecido había realizado testamento antes de morir, y si lo hizo, para conocer dónde y cuándo hizo el último. Para conseguir este certificado hace falta aportar el de defunción y presentar en el Ministerio de Justicia un impreso oficial. El primero de ellos ya se había encargado Nuria de conseguirlo—ya lo hemos mostrado anteriormente-. (¡Ha muerto Encarna Sánchez! ¡Ha 'muerto' la Reina de la Radio en España!).

En el caso de Encarna comprobado con sorpresa que existía, el siguiente paso fue acudir al notario para pedir la copia auténtica, porque la que se entrega al testador no es suficiente. ¿Quién pudo pedir la copia del testamento de Encarna? El mismo o la misma que se llevó la sorpresa al comprobar que había uno en el Registro de Últimas Voluntades. Convencido estoy de que fue un “mazazo” leer el nombre de una heredera que de nada conocían. Bueno, ellos no, pero sí los amigos de la locutora de cuando vivía en Mirasierra.

El Notario fue el encargado de localizar a Pilar Cebrián para comunicarle su herencia y, a partir de ahí, realizó todos los trámites legales para entregarle las propiedades. Localizar seguros de vida, cuentas corrientes, depósitos, Sociedades y demás, fue, en éste caso, una tarea difícil, que a buen seguro dejó cosas extraviadas por el camino. ¿Cuentas en el extranjero? ¿Propiedades a nombre de posibles testaferros?

El contador-repartidor de Encarna Sánchez

El contador-repartidor es la persona designada por el testador, en su declaración de últimas voluntades, para que ejerza el control del reparto conforme al deseo del finado. Si vemos el testamento de Encarna Sánchez no se observa el nombre de esta figura en el mismo, pero naturalmente suponemos que todos estos trámites de papeles anteriormente mencionados los realizaron los gestores de Encarna Sánchez, los de la gestoría Gerbonsa, a petición de Nuria Abad y Pedro Pérez. Más que nada por aquello de la curiosidad, no fuese que después de haber estado tantos años con ella, hubiese tenido un “detalle” con ellos. Pero no fue así.

Llegado este punto, hubo reunión con la heredera para convencerla de que dejara en sus manos el reparto de los bienes. Por falta de poderes no iba a ser, recordemos que las sociedades de la locutora estaban gestionadas por estos “señores”. Al fin y al cabo, fueron los que estuvieron con la locutora en sus últimos momentos, y como Encarna Sánchez no dio poderes ante notario ni a Pedro Bonillas ni a Gerardo Cordero -Gerbonsa- para que fueran ellos los contadores-repartidores de su herencia, moralmente podían aconsejar a la sorprendida afortunada de lo que Encarna quiso hacer en vida y no pudo.

Juana María del Pilar Cebrián Morenilla no hizo caso a nadie, o por lo contrario siguió al pie de la letra las indicaciones de aquellos que pudieran estar a la espera de alguna denuncia o impugnación del testamento, y optó por convertir rápidamente en dinero todo lo recibido. Cuando quiso indagar entre el servicio si había cuentas o propiedades de Encarna, no encontró colaboración alguna. 

Pilar abonó a Hacienda el 68% del montante total de los bienes heredados—sociedades, inmuebles, dinero en efectivo, cuentas corrientes, seguros, joyas. Vehículos, arte, abrigos de piel—, al no ser familiar de la fallecida. O sea, que de lo legalmente encontrado, Clara Suñer se hubiera quedado con poco más del 30% y el Estado no supo desgranar el entramado de sociedades y detectar al testaferro de toda esta operación.

Mal vamos, ya que nosotros sí vamos a poner nombre y apellidos al testaferro, Luís Marín Serrano, vecino y amigo de Nuria Abad, un hombre jubilado sin dinero, según me contó él mismo y que lo hizo porque se lo pidieron haciéndole saber que eso no le iba a acarrear problema alguno

Pero el localizarlo era tan simple como por ejemplo observar en las sociedades su nombre como Administrador Único, una de estas Sociedades era Onda 3000 SL figurando junto a María Navarro en el año 1998 cuando ésta ya no estaba junto a Encarna y se habían roto todas las relaciones. Quiero entender que con efectuar el cambio sólo del Administrador Único no seria detectable por parte de la Hacienda Pública. Y así lo hicieron en todas las Sociedades de Encarna Sánchez, mostramos una de ellas.



Los bienes inmuebles de Encarna Sánchez estaban a nombre de sus sociedades. Si reparamos en el último administrador de esas sociedades, era un señor atemorizado que en una llamada que le realicé por teléfono y grabada por mí me dijo que “me propusieron eso, pero todo estaba muy enredado. Yo no quiero saber nada”. Los herederos de Encarna repito hasta la saciedad que debieron interponer un recurso y denunciar tales hechos.

Con este testaferro, se pudo defraudar a Hacienda algunos millones, y yo me pregunto cómo podría Luis Marín Serrano—el personaje que aparece en esas propiedades—demostrar que tenía medios suficientes para hacerse con unas sociedades que poseía en el momento de fallecer Encarna, por un valor superior a 1.000 millones de pesetas. Total, que unos se llevaron su parte y los otros la suya, y tan felices.

A todo este enredo bien organizado sólo había una persona que me podía responder y éste era Pedro Bonilla de Gerbonsa, administrador de Encarna Sánchez. Su respuesta por teléfono fue: “Mira Julio los únicos herederos de Encarna fueron ellos”. Tuve que preguntarle a quién se refería; “A Pedro Pérez, Nuria Abad y Josefina Calle, bueno a esta última, recibió las migajas, como otros”. Puedo asegurar que ellos y me refiero a Pedro Bonilla y Gerardo Cordero también se llevaron una buena tajada.

La reunión en el Hotel Wellington entre la familia Gordillo Jara y Pedro Pérez

Pasado un tiempo de la muerte de Encarna, en el Hotel Wellington de Madrid, en unos salones privados se produjo una reunión de la familia Gordillo Jara con Pedro Pérez Ortega. La charla no fue cordial en ningún momento, con un ofuscado Pedro, quien con ironía, les llegó a decir: “¿Vosotros que pensáis quedaros con la herencia de Encarna?”. En aquella reunión la familia Gordillo se limitaba a defender los intereses de su hijo Sacha, el ahijado de la locutora, atendiendo a las palabras que Encarna en su día les dijo: “He dejado escrito el reparto de mis bienes, Sacha está el primero de la lista”. Estas palabras no sólo fueron escuchadas por Soledad, Carmen y Francisco Gordillo, sino que Inmaculada Liriano, sirvienta de Encarna, me lo confirmó a mí personalmente en varias ocasiones, pero algo debió hacerla cambiar o perdió su memoria, porque un día te decía una cosa y al día siguiente lo contrario, o sencillamente no se acordaba. 

En algunas ocasiones en las que hemos coincidido en platós de televisión la he visto defender incondicionalmente a Isabel Pantoja. Era normal, fue la tonadillera quien la trajo de la República Dominicana a trabajar con Encarna, pero un día estaba dando una versión de unos hechos ocurridos en la casa de la locutora muy graves y ella estaba dando una versión de los hechos que no eran reales, la tuve que interrumpir y aclarar que ese día ella no estaba trabajando, y que yo tenía la grabación del ama de llaves donde me hacía saber que ese preciso día estaba la sirvienta nueva que llevaba pocos meses también dominicana y que por lo tanto no era cierto lo que estaba relatando. Así era Inmaculada, algo ha ocultado siempre esta mujer porque es también extraño que cuando la entrevisté en Madrid me citara en un bar, entrevista que grabé sin que ella lo supiera. 

Al despedirnos, el dueño del bar me dijo: “¿Cómo es que no la ha entrevistado en su restaurante que está aquí cerca”?… No sé por qué motivo al regresar a Barcelona busqué en el mapa por Google la situación del bar donde estuvimos y pude observar la ubicación de un conocido restaurante llamado el Camino, que había sido propiedad de Encarna Sánchez y María Navarro. No indagué más, pero nunca más… lo dicho y repetido una y otra vez más, todos están “untados” en esta triste historia. 

Entrevista a Inmaculada Liriano, sirvienta de Encarna

“Cuando la Señora regresó de Pamplona, desde ese día fue cuando comenzaron a desaparecer cosas de la casa. No diría desaparecer porque Nuria recogía las cosas delante de mí sin el más mínimo recato. Previamente había recogido el dinero efectivo que había en la casa y, en esos días comenzó a recoger todos los documentos personales de la señora. Me repetía que había llegado el momento de la venganza, que la señorita Isabel se lo había hecho pasar muy mal y ahora lo iba a pagar”.

“Nuria buscaba unos papeles de una finca, porque había algo que no estaba en regla. Cuando los encontró, se los llevó, y dijo que la señorita Isabel se iba a enterar, porque iba a tener que entregarle todo lo que la señora Encarna le había dado a quién le correspondiera en el testamento. Nuria también tenía la clave de la caja fuerte. Ella fue quien abrió las dos cajas que tenía la señora, y las abrió delante de mí. Tomó todos los papeles que allí había y bastantes joyas. Dijo que era lo que le correspondía y que solo iba a dejar las joyas que la señora Encarna había lucido en las revistas, que ésas se las dejaba a quien le correspondiera en la herencia”.

Lo que no la vi recoger fueron los talonarios y las tarjetas de crédito que la señora tenía en su mesilla de la habitación. Nuria nos dio a mi compañera de servicio y a mí, una sortija a cada una, y a Carlos el chófer un encendedor de oro. Lo demás ella sabrá dónde está. Porque la señora solía tener mucho dinero en casa. La prueba está en que en una ocasión le robaron casi cincuenta millones de pesetas, se acusó de ello al chófer, pero él no pasaba de la puerta de la cocina cuando entraba en la casa. Fue un misterio que todavía a día de hoy no se ha desvelado. La señora tenía guardado siempre el dinero en una habitación, con dos camas, que ella llamaba “el cuarto rosa” y mire usted si habría dinero que un día la señora se mareó contándolo”.

“Luego estaba el dinero de Suiza. Nunca supe de qué cantidades se trataba, sabía que existía ese dinero porque la señora me lo dijo en una ocasión. Ella me contó que en sus cuentas corrientes ya no tenía tanto dinero como antes porque con la compra de la casa de Marbella el Rolls y todo el tratamiento de su enfermedad se había rebajado considerablemente. Pero me dijo que tenía dinero en Suiza, que antes había estado en Montecarlo o Mónaco, no recuerdo bien, lugar donde viajó con la señorita Isabel y sus gestores. Ella nunca lo tocaba para nada, era su jubilación”.

“En relación con ese dinero, yo presencié una conversación entre Nuria y Pedro, en que la señora Encarna le pedía a Pedro que les diese a los empleados el dinero que tenía destinado para ellos. Pedro le dijo que así lo haría, y la señora le dijo “y a esa otra persona le das todo esto también”. A lo que Nuria le replicó “¿cómo es que le vas a dejar todo ese dinero a esa persona?”. Y la señora les contestó que era poco en comparación con lo que ellos habían hecho por ella. No sé a quién se refería, pero podía ser desde su ahijado Sacha, hasta cualquier ser cercano que la hubiese ayudado durante mucho tiempo. Pero como pasaron muchas cosas raras a raíz de su muerte. No sé en qué habrá quedado todo eso”.

“Igual que pasó con el poder que la señora le dio a Pedro para que nos diera al servicio un dinero. Cuando la señora murió. Pedro rompió el poder y nunca nos dio nada. Así han hecho con todo, aunque lo nieguen ante una Biblia”.

“También recuerdo un episodio que ocurrió, Pedro al igual que Nuria permanecieron en la casa durante la enfermedad de la señora e incluso elaboraron una lista de quienes podían entran y quienes no, con cualquier excusa o por la gravedad de la señora o porque no quería recibir visitas, Pedro se ausentó de la casa durante dos día, en ese periodo de tiempo recibimos una llamada a la casa a la que yo respondí. Era el director de un Banco de Suiza preguntando por la señora, a lo que le respondí que era imposible que le pudiera atender, acto seguido me preguntó si conocíamos a un señor que se hacía llamar Pedro Pérez Ortega y que estaba presente allí, le respondí que era el productor de la señora y de total confianza, me dio las gracias y colgó, aquello me dio mucho que pensar y no para bien. ¿Qué hacía Pedro Pérez en un banco de Suiza?”.

El ‘robo’ del dinero de Encarna Sánchez en Suiza

Para eso tengo la respuesta y donDiario la expone para sus lectores. Gerbonsa eran los gestores de Encarna Sánchez Giménez y tenían los poderes de ella para todas las operaciones a través de sus sociedades. Encarna Sánchez echa en falta su DNI y se hace otro. Con los poderes de Gerbonsa, el DNI de Encarna Sánchez y el DNI de Nuria Abad Sentís podríamos hacer lo siguiente: Ir al Banco de Suiza dónde Encarna tenía en su cuenta corriente una cifra aproximada de casi 1.000 millones de pesetas, presentando los poderes y el DNI podemos hacer cualquier operación bancaria; por ejemplo transferir el dinero de esa cuenta al banco de Comercio de la calle Padre Damián cuyo titular es Nuria Abad Sentis, así de sencillo. ¿Pero cómo podemos demostrar esos hechos?

Casualmente ambos DNI están en mi poder, el extraviado y el que se renovó Encarna Sánchez. Uno de ellos fue utilizado junto con los poderes para transferir la cuenta de Suiza.