De carlistas a separatistas: así mutaron algunas ciudades catalanas en 200 años

La historiadora Conxa Rodríguez lo analiza en El Mundo

De carlistas a separatistas: así mutaron algunas ciudades catalanas en 200 años
De carlistas a separatistas: así mutaron algunas ciudades catalanas en 200 años

La escritora Conxa Rodríguez ha dibujado un interesante paralelismo entre las ciudades que más apoyaron a las tropas carlistas en el siglo XIX y en las que más votos reciben los independentistas en el XXI. 

La historiadora recuerda en El Mundo que "la ciudad de Berga fue el centro del carlismo en la primera guerra, la que con crueldad se prolongó de 1833 a 1840 con episodios tan atroces como la ejecución de María Griñó en Tortosa, para vengar la fama de su hijo, o el asesinato del capitán general de Cataluña, Carlos España Couserans, arrojado al río Segre con un pedrusco atado al cuello, las manos y los pies atados, y la cara desfigurada". 

Berga, centro del carlismo y del independentismo

Rodríguez explica que "Berga, en las últimas elecciones, ha resultado ser el lugar en el que la anti sistema CUP ha aumentado votos mientras los perdía en Barcelona, el cinturón metropolitano, Gerona y Tarragona. Los cuperos han pasado de seis a ocho concejales, y son independentistas 16 de las 17 concejalías del consistorio. Con una población de 16.000 habitantes, un concejal del PSC es el único constitucionalista". 

"En la última guerra carlista o civil del XIX, la de 1872 a 1876, que llegó a toda España aunque tuvo mayor incidencia en Navarra, el País Vasco y Cataluña, la zona de Olot aglutinó gran actividad bélica, narrada por el escritor y soldado carlista Marià Vayreda (1853-1903). En Olot, 17 de los 21 concejales son independentistas, con el PSC que tiene tres, el mismo número que en 2015 mientras que los neo convergentes han pasado de nueve a 11", añade. 

Y remata: "El procés volverá a la actualidad internacional, aunque sea por breve, cuando se publiquen después del verano las sentencias del juicio a políticos y civiles por los delitos de rebelión y sedición, y malversación, desobediencia y organización criminal. ¿Y después qué? ¿Habrá llegado la hora de negociar para resolver los problemas o continuará la cháchara antagónica que se perpetúa para la historia?".