"Sentir el odio, la intimidaciónn, las amenazas, el señalamiento, es muy duro [...] somos bilingües [...] hay que dejar de tragar y reclamar nuestros derechos".
Con estas palabras, enviadas a través de una carta pública, la familia de Canet que solicitó un 25% de castellano para su hijo en la escuela Turó del Drac busca acabar con la dura polémica mediática que están viviendo estos días, intentando explicar que su única pretensión con la solicitud al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) era conseguir que su hijo menor tuviese acceso a estudiar ambos idiomas, cooficiales en la autonomía.
Explicaciones que, sin embargo, parecen no ser suficientes para muchos independentistas, que continúan con las amenazas hacia la familia constitucionalista, sobre todo, a través de las redes sociales.
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Un tema sobre el que también se ha pronunciado la presidenta del Parlament, Laura Borràs, quien no ha dudado en aprovechar esta situación para cargar duramente contra el conseller de Educación, Josep González Cambray, por haber aceptado 'a regañadientes' el fallo judicial del TSJC, y contra el Govern, al que ha exigido que desobedezca la decisión del alto tribunal catalán.
"Es imposible que no podamos hacer nada, hay que poder hacer cosas. Por ejemplo, asumir la dirección del centro para descargar la presión a los profesionales [...] lo hizo Clara Ponsatí el 1 de octubre" ha propuesto Borrás en una entrevista en Ràdio 4 y La 2.
ERC busca el "consenso" dentro del nacionalismo
Así pues, la cabeza de lista de JxCat no sólo ha llamado a la desobeciencia de la Generalitat, así como del colegio de Canet, a la sentencia del alto tribunal catalán, sino que también, con las mismas palabras, ha atestado una brutal puñalada contra el bloque nacionalista, dividiendo nuevamente a las principales fuerzas secesionistas.
Palabras ante las que no han tardado en reaccionar desde ERC, siendo la portavoz de los republicanos, Marta Vilalta, la primera en advertir a Borràs de que la ruptura y la desobediencia no son el camino del independentismo defendido por la nueva Generalitat.
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"Esto no va de soluciones improvisadas o soluciones mágicas, ni de saltarse a la torera la autonomía de los centros educativos" ha criticado "Esto va de consensos, y los hay. Y de voluntad política, que también la tienen el Govern y ERC".
Afirmaciones que ha subrayado poco después el propio president de la Generalitat, Pere Aragonès, que ha pedido a las fuerzas políticas independentistas que no hagan "partidismo"con el modelo lingüístico catalán, a la vez que ha asegurado que su partido blindará la inmersión, a pesar de tener que atacar las sentencias judiciales.