Cataluña es un infierno para jueces y fiscales: una situación insostenible

Los jueces y fiscales catalanes viven un momento muy delicado en Cataluña: cuestionados, amenazados y sin ningún apoyo.

14 de Octubre de 2018
Cataluña es un infierno para jueces y fiscales: una situación insostenible
Cataluña es un infierno para jueces y fiscales: una situación insostenible

Cataluña es un infierno para jueces y fiscales. Los miembros de la justicia destinados allí están viviendo un trago muy duro en especial desde el fracasado golpe del 1 de octubre. Cada vez más solos, su labor es complicada y muy desagradecida.

“Son centenares las causas judiciales repartidas por toda la geografía de Cataluña”, afirma Jesús María Barrientos, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, en la memorial anual de éste. No obstante, los jueces y fiscales no cuentan con apoyo ni reconocimiento. Se sienten desamparados por los ataques del separatismo y por la enorme cantidad de trabajo que tienen en los juzgados.

La gran labor realizada en el procés, sin premio

La justicia ha hecho una gran labor en defensa del Estado de derecho y del orden constitucional en los últimos meses, pero en especial en septiembre y octubre de 2017. La actuación judicial le valió a Barrientos el premio a la independencia judicial Federico Carlos Sáinz de Robles, otorgado cada dos años por la Asociación de Jueces y Magistrados Francisco de Vitoria. Ha sido uno de los pocos homenajes que ha recibido el gremio por su trabajo en Cataluña.

El independentismo ataca sin piedad a la justicia

El último año ha sido de locos para los miembros de la justicia en Cataluña. El separatismo cuestiona sus decisiones día sí y día también, las protestas se suceden y son cada vez menos pacíficas, por más que el independentismo se quiera mostrar como si fueran hermanitas de la caridad. Atentados contra las propiedades de jueces y fiscales, mediante el lanzamiento de piedras a los cristales, pintadas, etc., están a la orden del día. También la colocación de lazos amarillos. Pero lo más grave son las amenazas que han sufrido jueces como Llarena o Juan Antonio Ramírez Sunyer.

“El Estado no puede consentir que el Poder Judicial se debilite en Cataluña”, afirma Pablo Baró, portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), tal y como recoge El Mundo. “Es un error sobreexponer a los tribunales ante el desafío secesionista”, apunta, mostrándose también molesto por las opiniones de algunos miembros del Gobierno en los últimos tiempos sobre los encausados por el 1-O: “No se puede consentir que el Gobierno no haga una férrea defensa del Poder Judicial”.

El resultado de lo que está sucediendo en Cataluña es que cada vez hay menos jueces destinados allí. De 2016 a la actualidad hasta 26 magistrados han abandonado Cataluña, mientras que únicamente 8 han acudido. 18 menos. Un drama que demuestra el hecho de que nadie quiere, por hacer bien su trabajo, tener que enfrentarse a una panda de radicales que no creen en la ley española.