1-O: Historia de la conspiración (I)

La crónica de la inacción policial de los Mossos d'Esquadra el día del referéndum ilegal de autodeterminación en Cataluña en connivencia con Puigdemont.

01 de Octubre de 2018
1-O: Historia de la conspiración (I)
1-O: Historia de la conspiración (I)

Un año después del 1 de octubre en el que el independentismo catalán realizó un referéndum chapucero, ridículo y vergonzante para su secesión de España siguen depurándose responsabilidades por lo sucedido aquel bochornoso día. Josep Lluís Trapero, mayor de los Mossos d’Esquadra en aquel momento, es una de las personas que se enfrenta a la justicia por los delitos de sedición y organización criminal por haber colaborado, contra los mandatos judiciales, en la preparación del patético golpe catalán.

Josep Lluís Trapero es uno de los nombres más destacados en el 1 de octubre porque favoreció, con la inactividad del cuerpo que dirigía y por deseo de su amo y señor Carles Puigdemont, los incidentes que se produjeron en los colegios electorales habilitados en Cataluña hace un año. Y porque también, según apuntan diversas pruebas, estuvo involucrado a ciertos niveles en la organización del golpe mediante su actuación policial en las semanas previas a lo sucedido y el propio día del referéndum golpista.

Desobediencia al Ministerio del Interior

Los Mossos d’Esquadra tenían una orden que no cumplieron, supuestamente en pro de la convivencia ciudadana aunque en realidad lo único que había detrás era un interés político. El fiscal Romero de Tejada ordenó precintar los colegios electorales antes del 1-O para evitar el referéndum ilegal, algo que Trapero y el cuerpo policial que dirigía no hicieron para evitar “consecuencias no deseadas” y alteraciones del orden público. Mercedes Armas, magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, también ordenó la detención del referéndum.

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Según Trapero, la magistrada les pidió que no lo hicieran por la fuerza: “Verbalmente, delante de los cuatro mandos judiciales, nos pidió que actuáramos con paciencia, contención y garantizando en todo momento la paz social. Con esa convicción cumplimos las órdenes”, aseguró el ex mayor de los Mossos en su declaración posterior ante la justicia. En ese mismo sentido se manifestó en un correo intervenido al ex conseller Joaquim Forn: “Antes de usar la fuerza, se tendrán en cuenta las consecuencias, evitando generar un mal mayor al que se trata de evitar”, fue su mensaje.

Todo ello a pesar de que Diego Pérez de los Cobos, encargado de coordinar las actuaciones de los cuerpos nacionales con los Mossos d’Esquadra, ya le había advertido en una reunión junto a Carles Puigdemont: “Lo que no es de recibo es utilizar como excusa la posible alteración de la convivencia que podría derivarse del hipotético uso de la fuerza en caso de resultar necesario para con ese pretexto incumplir las órdenes judiciales recibidas y facilitar el desarrollo de una actividad ilegal mediante la inacción policial”, advirtió. Oídos sordos.

Derramamiento programado de sangre

Todo formaba parte de una estrategia para hacer que Europa viera imágenes de represión española en Cataluña, para hacer daño a España. Sabían que semejante referéndum jamás sería vinculante y que ni España ni Europa lo aceptarían. Lo tenían todo pensado. Trapero incumplió la orden de clausurar los colegios a pesar de que Interior le había informado de que contaba con efectivos de la Guardia Civil y la Policía Nacional si los necesitaba. El mismo día 1 de octubre, agentes de la policía autonómica llegaron a obstruir el trabajo de sus colegas nacionales, produciéndose altercados verbales e incluso físicos entre los cuerpos.

La orden que tenía Trapero, en cualquier caso, era no esperar al día 1-O para clausurar los colegios electorales, ya que en ese momento éstos ya estarían atestados de personas que intentarían impedir la acción policial como fuera. Los cuerpos nacionales, de este modo, se encontraron cientos de personas en cada colegio electoral cuando fueron a clausurar las urnas, obstruyéndoles el paso e impidiendo que realizaran su trabajo.

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En su declaración ante la justicia, Trapero aseguró que sí se cerraron colegios electorales. Según él, los Mossos lo hicieron con muchos pequeños ayuntamientos que, sin embargo, posteriormente facilitaron datos a la Generalitat con participaciones masivas en favor de la independencia. ¿Abrieron esos colegios y mentía Trapero? ¿O esos votos eran falsos? En cualquiera de los casos, la inacción del mayor de los Mossos previa al 1-O provocó los incidentes en los colegios electorales, en una artimaña urdida por Puigdemont y ejecutada por Trapero.

Comunicaciones secretas entre la policía autonómica

Tras el 1-O salió al descubierto uno de los métodos que escogieron los Mossos para mantenerse informados de lo que sucedía en cada localización de Cataluña durante el referéndum. Al parecer, el cuerpo entregó una serie de teléfonos móviles a las patrullas para que intercambiaran órdenes sin que el contenido de sus conversaciones quedara registrado. Ya en ese momento pensaban en la investigación judicial que se produciría.

Los Mossos quisieron destruir pruebas y ocultar una trama de espionaje

El 26 de octubre, un día antes de que el Parlament de Cataluña proclamara la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), agentes de la Policía Nacional interceptaron una furgoneta y dos turismos camuflados que contenían 36 cajas repletas de documentación que los Mossos pretendían destruir. Estos documentos confirmaban la inacción del cuerpo autonómico en el referéndum del 1-O: ni se impidieron las votaciones, ni se cerraron los colegios electorales ni se pidieron refuerzos, tal y como había establecido que se hiciera el Ministerio del Interior en caso de que fuera necesario.

Además de todo esto, se halló un informe que hablaba sobre una trama de espionaje en la que estaban involucrados “partidos políticos, activistas políticos, personajes públicos o privados, entidades y plataformas perfectamente constituidas, todos ellos de marcado perfil ‘unionista’ o ‘constitucionalista’ a los que, como todo parece indicar, la Generalitat de Catalunya quería tener perfectamente controlados”. Todo ello para controlar a aquellas personas contrarias al proceso de secesión a través del Cesicat (Centro de Seguridad de la Información de Cataluña).

Trapero se ofreció a detener a Puidgemont antes de la DUI

El día de la Declaración Unilateral de Independencia, el 27 de octubre, Trapero se ofreció a detener a Carles Puigdemont o Carme Forcadell, presidenta del Parlament de Cataluña, en una maniobra desesperada por salvar el pellejo. El mayor de los Mossos, que sería cesado de su cargo tras la aplicación del artículo 155 ese mismo 27-O, llamó por teléfono al presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Jesús María Barrientos, y al ex fiscal general Jefe de Cataluña, José María Romero de Tejada. Para dejar constancia de sus intenciones, también les envió sendos correos electrónicos.

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“Habiendo tenido conocimiento de la aprobación de la declaración de independencia por parte del Parlament de Catalunya en la tarde de hoy, y desconociendo las consecuencias jurídicas de esta declaración y sobre quién pueden recaer, este Cuerpo policial se pone a disposición por tal de dar cumplimiento a las órdenes que en relación a estos hechos se puedan derivar. De la misma manera le comunico que el cuerpo de los Mossos d'Esquadra continuará garantizando la seguridad y el orden público en Catalunya”, rezaba la misiva de Trapero.

Puigdemont le felicitó y Torra quiso restituirle tras el 155

A pesar de haber querido desvincularse del independentismo para intentar librarse de la justicia, Trapero sigue estando en el punto de mira entre otras cosas por el agradecimiento que los secesionistas han hecho público hacia él tras el 1-O. En primer lugar fue Puigdemont, que le dedicó unas palabras en una carta: “Si todas las autoridades públicas interpretasen los derechos constitucionales de nuestra sociedad de la manera en que lo has hecho siempre, muchos de los problemas que la sociedad tiene con la Constitución no existirían”, aseguró el ex presidente de la Generalitat, actualmente fugado de la justicia.

Posteriormente, tras cancelarse la aplicación del artículo 155 en Cataluña, Quim Torra intentó restituir en su cargo como mayor de los Mossos a Trapero, algo que éste decidió rechazar porque consideraba que su situación judicial condicionaría su trabajo. A pesar de todo, públicamente Torra quiso agradecerle, como Puigdemont, los servicios prestados al independentismo calificando su paso por la cúpula de los Mossos como un “servicio ejemplar a la ciudadanía”.

El pasado indepe de Trapero

Josep Lluís Trapero ha tratado de desvincularse de todas las formas posibles del independentismo, incluso traicionando a sus jefes y ofreciéndose a detener a su President el mismo día de la DUI. Sin embargo, ¿cómo iba a ponerle Puigdemont al frente de los Mossos si no hubiera sido un independentista radical? Su ideología es un hecho.

Como prueba de ella no cabe más que recordar una anécdota: el aquelarre independentista al que asistió el pasado año 2016 y del que se hizo eco en las redes sociales Pilar Rahola, portavoz indepe que cobra del régimen. La periodista compartía un vídeo de una fiesta en el que aparecían, entre otros personajes señalados del independentismo, Trapero junto al propio Puigdemont y el ex presidente del FC Barcelona Joan Laporta, además de una serie de empresarios y personalidades varias. Dime con quién andas y te diré quién eres.