No cesan las malas noticias desde la isla de Cèlebes, en Indonesia, donde ya suman 844 muertos a causa del terremoto de magnitud 7,5 y posterior tsunami. Las ciudades de Palu y Donggala son las más afectadas y donde se concentran la mayoría de las víctimas.
Las autoridades de rescate sin embargo, creen que la cifra podría superar las 1.000 víctimas cuando se termine de peinar todas las zonas. El trabajo está siendo costoso, pues el terremoto destrozó muchas vías de acceso a los lugares afectados.
En Palu, ciudad de 10.000 habitantes, la mayoría de las victimas fueron arrastradas por las olas gigantes cuando estaban a punto de celebrar una fiesta popular en la playa.
Para evitar una posible propagación de epidemia, las autoridades han decidido enterrar los cuerpos de las victimas en un foso común a las afueras de la ciudad.
El Gobierno reclama todo tipo de ayuda
Además de las víctimas mortales, más de 500 personas resultaron heridas y hay cerca de 20.000 desplazados que han tenido que abandonar sus hogares. Ante tal desastre, el portavoz de la agencia indonesia de catástrofes naturales ha hecho un llamamiento para pedir ayuda de todo tipo.
Otro de los problemas que ha desencadenado el terremoto ha sido la fuga de unos 1.200 reclusos de las prisiones de la zona según el Gobierno de Indonesia.
"Estoy seguro que se han escapado porque temían por su integridad física en el momento de seísmo. Era, evidentemente, una cuestión de vida o muerte para los prisioneros", ha declarado un portavoz del ministerio de Justicia.