"¡Belén Esteban miente! Fui su amigo, su amante, y me traicionó"

Toda la verdad sobre el romance entre Belén Esteban y César Alonso, un camarero del barrio Bilbao que la consoló tras su ruptura de Jesulín de Ubrique

20 de Junio de 2019
"¡Belén Esteban miente! Fui su amigo, su amante, y me traicionó"
"¡Belén Esteban miente! Fui su amigo, su amante, y me traicionó"

Lo de Belén Esteban con los camareros viene de tiempo atrás. Cuando creíamos que Fran había sido el primer novio, al que Belén dejó para irse con Jesulín, un novio más se apuntó al carro e hizo su presencia en un medio de comunicación para contarnos que había mantenido un breve noviazgo con la de San Blas. A éste lo colocamos entre Jesulín y Óscar Lozano.

Indignada, como siempre, la ex del de Ubrique comentó en su día que había interpuesto una demanda contra César Alonso, el camarero del barrio Bilbao que se atrevió a decir que mantuvo una relación sentimental con ella. De esa denuncia en concreto, como en tantas otras ocasiones, nunca se supo nada.

Belén es de las que amenaza con la boca, pero a la hora de la verdad se queda en nada, ya que lo que para ella es una ofensa que deben resolver los tribunales, no son más que líos sin trascendencia que ningún juzgado admite a trámite dada la simpleza de los hechos denunciados. Pero regresando al tema, Belén Esteban afirmó que el tal César Alonso nunca fue su novio y sólo admitió que era un amigo del barrio. (Juanjo Ortega, el ‘vecino traidor’ y su mujer Toñi: "Belén Esteban es mala persona, Jesulín iba a ver a su hija pero ella no le dejaba").

Belén Esteban niega su relación con César Alonso

Ofuscada en su papel de madre coraje, Belén lanzó la proclama contra el nuevo personaje que aparecía públicamente en su vida. Y fue rotunda al afirmarlo en la revista Pronto. “Todo lo que dice ese hombre es mentira, porque no es verdad que yo sea tan mala madre como afirma él, ni tampoco fui su novia, ni he salido con él, ni hemos vivido juntos tal y como manifiesta. Ni son ciertas otras acusaciones que lanza contra mí”.

Pero, claro, a cualquiera le sorprende que la madre del susodicho César pueda saber tanto de ella si en realidad no había una relación íntima entre su hijo —de 29 años en aquel momento —y Belén. No creo que fuera suficiente al ser vecino de calle. Según ésta señora, su hijo Cesar se gastó mucho dinero en regalos para ella y además afirma que Belén nunca pagaba los desayunos que tomaba en su bar, situado en la misma calle en la que vivían ambos, Llanos de Escudero. Si no había relación entre ambos, extraña que siempre estuviera invitada. La madre de César prudente, no quiso dar detalles, lo que le honra.

Pero la autoproclamada “Princesa del pueblo” se mantuvo en que jamás fue novia de este camarero, ni tan siquiera salió con él, jamás la trató de hipócrita por afirmar que ella llegó a dormir en su casa, pero hay cosas que no se pueden ocultar y, cuando más de uno las conoce, ya son imparables. Igual le refresca la memoria a la de San Blas la hermana de César, Rocío, de la que era bastante amiga, tanto que cuando se casó, fue Belén quien le regaló las alianzas de boda. 


BELÉN ESTEBAN... ¡La 'princesa' al desnudo!

Todo esto y la amnesia que parece padecer la famosa televisiva nos llevaron a sospechar al autor de este artículo y a mi amigo periodista que cubría el reportaje en el barrio Bilbao que algo no cuadraba, por no decir con contundencia que también en esta historia mentía. (Las personas somos libres de decidir cuándo perdemos la virginidad. ¡¡Pero Belén Esteban le mintió como una bellaca a Jesulín!!).

César Alonso y Belén, con pelos y señales

Belén, en otro alarde de diplomacia, descalificó al joven diciendo que “lo que le pasa a éste es que se ha comprado un coche y supongo que habrá pagado la entrada con 300.000 pesetas que le han dado por mentir”. César fue llamado por el programa Tómbola del Canal Nou valenciano para que participara en el mismo. Lo sorprendente fue que Belén Esteban realizó unas declaraciones a la revista Pronto diciendo que César Alonso no acudiría al programa. ¿Cómo estaba ella tan segura? ¿Había hablado con él? “Se ha acobardado y ahora, con lo de mi querella se lo ha pensado mejor”, fue la razón ofrecida por la de San Blas.

Así volvemos a cogerla en un nuevo renuncio, César contó que cuando Belén estaba saliendo con él, la cosa se estropeó porque ella comenzó a verse con un tal Oscar Lozano. Recurriendo de nuevo a la hemeroteca, encontramos que Belén desmintió no sólo la relación con César, sino que añadió que ni conocía a Óscar Lozano. Las mentiras tienen las patas muy cortas. Y tan cortas, porque ahora, años después, pueden saber con pelos y señales qué hubo entre César y Belén. Lean atentamente.


BELÉN ESTEBAN... ¡La 'princesa' al desnudo!

La convivencia con Jesulin y Belén se rompió definitivamente. La de San Blas, sabedora de que el momento había llegado, vendió la exclusiva de su separación a la revista ¡Hola!, a través de Cristina Blanco. La revista exigió que, hasta que el número no estuviese en los quioscos, Belén debería permanecer escondida y fuera del alcance de cualquier otro medio.

Belén llamó a su madre para que fueran a esperarla a la estación del Ave en Atocha y la llevasen al Hotel Palace, donde la revista le había reservado habitación. Carmen le pidió a César, hijo de sus vecinos propietarios del bar César, que por favor fuese a recoger a su hija al tren y la acompañara al hotel. Así lo hizo el joven. Recogió a su amiga en el tren y la llevó al Palace. Pero fueron vistos por algún periodista y les siguieron hasta el hotel.

Fue idea de César cambiar de hotel. Decidió entonces esconderla en el hotel NH Parque de las Avenidas, muy cerca de Las Ventas. La inscribió bajo el nombre de “Nuria” para evitar ser descubierta si la prensa preguntaba por Belén. Aquello no surtió efecto porque nuevamente fueron descubiertos. Fue entonces cuando tomaron la decisión de marcharse a Valladolid, al domicilio de unos tíos de Belén.

Pero de nuevo fueron vistos mientras comían en el restaurante Casa Pedro. Un fotógrafo se acercó a la pareja a hacer unas fotos, César trató de evitarlo y fotógrafo y amigo llegaron a las manos. De nuevo a casa de los tíos, pero seguidos por los periodistas. Fue entonces cuando César propuso regresar a Madrid y, en lugar de ir a un hotel, decidió esconder a Belén en la casa de sus padres en Llanos de Escudero. Ahí permanecieron hasta que ¡Hola! salió a los quioscos con la exclusiva de la separación entre Jesús y Belén. Varios días de convivencia de complicidad, de agradecimiento… y lo inevitable; Belén, a la tercera noche, se metió en la cama de César. Comenzó así un romance de poco más de tres meses que dieron para mucho, especialmente para Belén.

Un trimestre que, según Belén, no existió, ya que todo obedecía a la fantasía del viejo amigo de niñez. Al parecer, la Esteban ha querido borrar de un plumazo cosas tan contundentes como el certificado que el padre de César falsificó para que pudiera comprar su piso de la calle Malmoe de San Blas, la demanda que interpuso contra César por amenazas de muerte, las salidas públicas en pareja de ambos con Mariano Jiménez, el torero, y Sofía Mazagatos, la Miss España y vecina de calle…

Con Sofía Mazagatos, Mariano Jiménez y él… “No puedo estancarme”

Ya hemos leído que aquella relación le salió muy cara al camarero, según sus propias palabras. Belén venía de estar con Jesulin y se había acostumbrado a vivir por encima de sus posibilidades de chica sin oficio… Así que es creíble la versión de César cuando afirma que Belén le sacaba todo lo que podía. Belén tan educada como siempre, respondió a su ex novio que, “si no se lo he sacado a un torero millonario, como se lo voy a sacar a un camarero”. Un brindis al sol tan poco creíble como la mayoría de las cosas que siempre ha dicho. 

A Jesulin le sacó todo cuanto pudo y, de hecho, se hizo con muy buenos dividendos. ¿Pagó ella sola los 180.000 euros que le costó la casa en la que vive actualmente? Parece que Belén sólo tiene memoria para lo que le interesa. Como, por ejemplo, cuando le pedía a César que hiciera pública alguna foto de ambos juntos. Fotos no se hicieron, pero testigos los hay por todos los lados, y el autor certifica este hecho.


BELÉN ESTEBAN... ¡La 'princesa' al desnudo!

Por ejemplo, aquellas salidas nocturnas a cenar y posterior discoteca en las que Belén y César se hacían acompañar por el torero Mariano Jiménez—ya le conocemos por la narración de Verónica González—y la bella oficial Sofía Mazagatos, quien durante unos años estuvo viviendo en casa de sus abuelos en la misma calle Llanos de Escudero antes de ser famosa.

Pero sólo habían pasado tres meses y Belén vio que aquella relación no le llevaba a ninguna parte. Una noche le dijo a César que se iba a Gabana a bailar. Él le contestó que muy bien, que se quedaba en casa porque estaba muy cansado y debía madrugar. Al día siguiente, Belén le dijo que tenían que hablar, a lo que accedió el camarero. Y sólo habló ella: “Tenemos que dejarlo porque esta relación no lleva a ninguna parte, me estoy estancando y tengo que seguir subiendo”. Dicho y hecho. Belén hizo la maleta y cruzó de acera, del número 2 al 49, de casa de César a casa de su madre Carmen. Final a una relación corta pero real. A ver si ahora Belén hace memoria y lo vuelve a desmentir.

La relación de Belén Esteban con Óscar Lozano

La noche antes del anuncio, Belén se encontró en la discoteca Gabana con Óscar Lozano, pareja que había buscado y preparado el encuentro su amiga y por entonces manager Cristina Blanco, para reemprender su carrera hacía el estrellato. César ya había cumplido, primero como amigo y apoyo, y luego como amante pasajero. Recompuesta la figura tras el rechazo del torero tocaba seguir subiendo en el escalafón. La prensa que no era ajena a la relación de Belén con César continuó persiguiéndolos por el barrio Bilbao. Y el joven camarero acabó por contar lo que había pasado, que había existido la relación pero que ella le dejaba por Óscar Lozano. Desmentidos por parte de Belén, como ha sido siempre habitual en ella, amenazas, cruces de declaraciones y la de San Blas que siempre tenía que pronunciar la palabra más alta. (Jesulín quiso llevar a comer al campo a Belén Esteban, humillada en la boda de Fran Rivera y Eugenia Martínez, y ella respondió: "Te irás con tu puta madre").


BELÉN ESTEBAN... ¡La 'princesa' al desnudo!

Fruto de esa pelea en los medios y para avivar la polémica, Belén denunció en el juzgado a César por intento de asesinato, según declaraciones del propio camarero al autor de éste artículo. Afirmó que su vecino había contratado a unos matones para que acabaran con ella, y que había pagado cinco millones de pesetas por el “trabajo”. Se celebró el juicio y, lógicamente, Belén no pudo probar semejante mentira. El juez archivó el caso, eso sí, imponiendo una multa de 50 euros a César Alonso. ¿El motivo? Que en pleno juicio llamó puta a Belén.

Aquel romance, según Belén Esteban, no fue tal sino más bien una obsesión del muchacho. En palabras textuales, llegó a decir que “éste estaba obsesionado conmigo, pero yo no le hacía el menor caso”. Belén, en la entrevista concedida a la revista Pronto, anunció la demanda contra César. No sabemos si por las mentiras que según ella decía César o por la que posteriormente interpuso por “amenazas de muerte”. Así que la aparición en los medios del camarero se debió a pura venganza. Y le lanzó otro dardo envenenado a César al preguntarle lo que pensaría de esta historia su novia de toda la vida. La novia, para que Belén lo sepa, opinó simplemente que ella estuvo informada de todo por César y que quien llevaba razón era él, que Belén había perdido credibilidad en el barrio hacía mucho tiempo, y que en el entorno se contaban otras muchas historias con ella y su familia como protagonistas. Ir por lana y salir trasquilado, que dice el refrán.

La madre de Belén Esteban en el bar de César Alonso

Carmen, la madre de Belén, quien jamás —según dicen las dos— no se mete en nada, tardó bien poco en bajar a darle a la madre de César lecciones de ética y moral. Cuentan que se presentó en el bar a echarle en cara todo lo que iban diciendo madre e hijo sobre su Belén. Que le parecía muy vergonzoso que, después de una amistad de tantos años, se hubiera vendido tan barato. De la bronca de doña Carmen al menos sacamos una cosa en claro: que se conocían. En consecuencia, Belén mintió al decir lo contrario. Y sobre los precios de la dignidad, posiblemente cuando uno se venda debería consultar con Belén Esteban, que de eso sabe mucho, toda una experta, doña Carmen. En entrevista de revista, probablemente cobrada, dando otro giro a la historia, Belén ya argumentó sobre la base de que, en efecto, conocía al joven camarero, aunque utilizando su habitual sarcasmo.

Ahora, si voy a su bar a tomar algo, espero me invite (risitas). Éste también me ha demostrado que no es un buen amigo, porque para tener amigos así prefiero los enemigos. Y que conste que no vaya diciendo que en mi barrio están hartos de mí, la gente me quiere más que nunca y me lo demuestra cada vez que me ven por la calle. A los que no quieren son a gente como él”.


BELÉN ESTEBAN... ¡La 'princesa' al desnudo!

La verdad, que ya conocemos, era bien diferente. Cada vez son menos los que la soportan, y más los que la critican y los que se avergüenzan del circo que monta a cada paso, los que dicen que se ha convertido en una persona rencorosa, sin escrúpulos, y que ha olvidado a los que fueron sus amigos, y eso lo dice el autor que lo ha comprobado in situ en el propio barrio. (Belén Esteban, con un cuchillo en la mano, le dijo a Jesulín: "Hijo de puta, te voy a matar, voy a hundirte a ti y a tu familia").

Eso sí, como siempre, la última palabra en este sainete también la tuvo que poner ella en forma de amenaza. El lector las verá aparecer a lo largo de varios artículos que publicaré en este diario idénticas entre sí, como quien tiene preparado un archivo y lo pega al texto cuando le parece oportuno: “Que no me calienten las narices. Si yo contara la verdad de todo lo que sé, a César le cerraban el bar y Jesulín no toreaba más en su vida”.

En primer lugar, es sabido por todo el barrio que el bar es propiedad del padre de César y jamás se ha pronunciado. He estado con él y siempre ha optado por no hablar. Y yo me pregunto qué tiene que ver Jesulín en esta historia para que lo saque a relucir. No soy quién para dar consejos, pero me atrevo a recomendarle a Belén que no siga amenazando tanto, que el día que esos amigos suyos del barrio decidan hablar en público lo que dicen sin testigos, le daría vergüenza salir en un medio de comunicación y dar la cara. “Si habláramos de quién es Belén Esteban, se le caería la cara de vergüenza. Que no sea tan brava, que tienen ella y su familia muchas cosas que ocultar, que se calle, no vaya a ser que hablemos unos cuantos todos aquellos que ‘jugábamos al rollo’ con ella”. A buen entender sobran palabras.

Un certificado falso para comprar el piso de San Blas

De esta corta relación Belén sacó algo más. Con la exclusiva de la separación de Jesulín, Belén se compró su piso de la calle Malmoe. Una vivienda que costó sobre plano 130.000 euros —la hermana de César, Rocío, se compró otra—, pero que a Belén le salió por 180.000 euros. Como la exclusiva no dio para tanto, tuvo que pedir un préstamo. Y como no tenía nómina, le pidió al padre de César que la avalara. Las cosas aún no se habían estropeado y César padre accedió a avalar a la amiga de su hijo. Le extendió un certificado en el que el empresario aseguraba que Belén Esteban Menéndez trabajaba para su empresa como relaciones públicas. Con ello el banco le concedió el préstamo.


BELÉN ESTEBAN... ¡La 'princesa' al desnudo!

Por cierto, aprovechando este dato, desconocido para el gran público como casi toda la historia que se relaciona con César, debemos puntualizar que, pese a lo que se ha dicho en algunos programas del corazón, Belén jamás robó en la caja del bar César porque jamás trabajó en él ni fue sorprendida de tal guisa. Al César lo que es del César. Para que luego diga Belén que no conocía a César. Y si se atreve a desmentir una sola línea de este capítulo, verá pruebas. En lugar de agradecimiento, odio hacia la persona que en más de una ocasión y de dos, la ayudó a superar la crisis de sus bajadas de azúcar, a huir de los periodistas, a atenderla cuando nadie lo hizo. Pero ya se sabe, más vale caer en gracia que ser gracioso.