Así fue la anterior vida de Jordi Évole como "Follonero"

Jordi Évole saltó a la fama como un producto más de la factoría de El Terrat, de Andreu Buenafuente, ejerciendo como "El Follonero"

22 de Septiembre de 2020
Así fue la anterior vida de Jordi Évole como "Follonero"
Así fue la anterior vida de Jordi Évole como "Follonero"

Jordi Évole es un producto de la factoría El Terrat, un producto de la cantera de Andreu Fuenafuente, de la que han salido monstruos televisivos como Santi Millán, Berto Romero, José Corbacho, Silvia Abril, Yolanda Ramos, Edu Soto, Chikilicuatre o el controvertido separatista Toni Soler.

Entre ellos está Jordi Évole, que entró en la compañía para ejercer el papel de "follonero" entre el público para sacarle los colores a Andreu Buenafuente cuestionando sus programas y sus intervenciones.

Era un grano incómodo para Buenafuente. Y lo sigue siendo. Entonces, Évole se ceñía a un guión para poner en aprietos a Buenafuente. Y éste, que le veía venir, ya estaba preparado para la respuesta.

Ahora, superada la etapa de El Terrat, Évole sigue siendo un aguijón, un entrevistador complicado que le pone las cosas difíciles a sus entrevistados en Salvados.

Nacido en Cornellà de Llobregat en 1974, Évole se ha convertido en un líder de las redes sociales después de recoger dos premios Ondas.

Lejos queda ahora la época de El Follonero, que nació en el año 2000 en TV3 y que luego daría el salto a La Sexta. Fue en el programa "Una altra cosa". Aún es recordada su intervención cuando en una actuación en directo de Jarabe de Palo interrumpió la actuación para quejarse a Pau Donés de cantar siempre la misma canción.

Ahí empezó todo.  "Manda huevos que lo más destacado de tu programa sea lo mío", le reprochaba a Buenafuente en esa época.

Luego se jactó de haber conseguido el número de teléfono José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del gobierno, con solo haber presentado dos programas de 'Salvados en campaña', mientras que Andreu Buenafuente, con 400 emisiones, no lo tenía.

Fue así, a base de zascas, cómo Jordi Évole fue subiendo como la espuma y adquiriendo vida propia al margen de Andreu Buenafuente.